jueves, 10 de noviembre de 2011

los espectaculos romanos..


Los espectáculos constituían uno de los rasgos más importantes y característicos de la vida romana, de la que ocupaban, según un calendario del siglo IV, 176 días al año. Muchos provenían de la República, y otros fueron añadiéndose por iniciativa de los emperadores. Además se celebraban espectáculos extraordinarios en ocasiones tales como los aniversarios o los triunfos. Junto con las distribuciones gratuitas de alimentos, eran el modo más común de ganarse la simpatía de la plebe y desviar su atención de las cuestiones gubernamentales: panem et circenses, pan y circo.

La organización de tales eventos entrañaba muchas dificultades. Uno de ellos era el de hacerse con animales y amaestrarlos. Los emperadores establecieron un monopolio para la caza y posesión de elefantes e instalaron un parque de elefantes en Laurento, cerca de Roma. A este respecto hay una anécdota de Plutarco, que cuenta que en un espectáculo en Roma, en el que también vio actuar a perros, un elefante falló una acrobacia en una actuación y fue visto a la noche siguiente ensayando por su cuenta.


Además los emperadores mantuvieron escuelas de gladiadores en Roma y más tarde en otros lugares, como habían hecho ciertos personajes destacados durante la República. Tenían especial cuidado en escoger a los más hábiles. Por ejemplo, tras el aplastamiento de la revuelta judía del 66 al 70 se seleccionó a los 600 prisioneros más capaces, que fueron embarcados hacia Roma para que murieran en la arena.
En los siglos II y III los emperadores formaron también una compañía de los pantomimi o bailarines. Los que no lograban éxito en Roma eran enviados de gira por Italia y las provincias.

La tradición de los espectáculos imperiales culminó en el 174 con el gran triunfo celebrado por Aureliano por la derrota de Palmira; después del desfile triunfal, que no sólo comprendía cautivos y botín, sino cientos de animales (tigres, alces, jirafas) y 800 parejas de gladiadores, hubo espectáculos, sesiones de teatro, carreras, partidas de caza de animales salvajes, combates de gladiadores y un simulacro de batalla naval.


Las celebraciones imperiales iban a menudo acompañadas de cenas para toda la población, que unas veces se servía cuando ésta se hallaba en los asientos del teatro o del circo, y otras se preparaban fuera, en diferentes puntos de la ciudad; en estas ocasiones el emperador solía atender personalmente a los miembros de los estamentos ecuestre y senatorial. En otras ocasiones el emperador podía arrojar a diestro y siniestro entre la multitud unas monedas llamadas missilia, que daban derecho al que las poseía a dádivas de diversas clases.
Nerón repartió de este modo pájaros, comestibles, boletos para la distribución de trigo, trajes, joyas, cuadros, esclavos, ganado, animales amaestrados, y, finalmente, barcos, bloques de viviendas y parcelas de tierra. Heliogábalo (218-222) distribuyó oro y plata, comida, trajes, camellos, asnos, ganado y venados.

En Emérita Augusta (actual Mérida, España) los espectáculos eran anunciados en carteles realizados en colores rojo y negro que se distribuían por toda la ciudad, y en los intervalos entre carreras también se arrojaban missilia o sparsiones.

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