martes, 4 de octubre de 2011

los Nibelungos.. las walkirias..y Sigfrido


La tradición escandinava dice que sólo aquellos que morían combatiendo tenían derecho de ser llevados al Valhala o morada de los dioses, porque Wotan no quería más que a los hombres fuertes y poderosos; los que morían por enfermedad o pacíficamente en su cama debían ir a un mundo inferior. Las walquirias, hijas del dios, pasaban por el aire a gran velocidad, para acudir a donde hubiera un combate mortal ; cuando uno de los combatientes moría, ellas le llevaban al Valhala, la morada de los dioses, donde era resucitado y vivía la gloria por siempre jamás. La enseñanza es que sólo los nobles y valerosos que luchan en la batalla de la vida hasta su muerte son dignos del progreso, no los conformistas o quienes se resignan ante las condiciones adversas.

La Walkiria muestra a los hombres liberados del miedo original enfrentando a los poderes tenebrosos guiados por el inmundo enano Alberich. Los dioses descienden entre los hombres para ayudarles y les enseñan la sabiduría. Brunilda, la altiva hija de Wotan es el personaje central." Sigmundo y Siglinda, hermanos Walsung, raza de esencia divina y perseguida, separados por la desgracia, vuelven a encontrarse; él obtiene la poderosa espada dejada en un tronco por Wotan para quien pueda arrancarla de allí (la fuerza sólo es para quienes son merecedores). Sigmundo, culpable de su amor incestuoso debe ser inmolado y muere en combate con Hunding, esposo de Siglinda.
La célebre "Cabalgata de las Walquirias" sirve de preludio del acto tercero en el que Brunilda anuncia a Siglinda que un hijo conservará la espada de Sigmundo; es el consuelo divino, que comenta el tema de la redención por el amor (que adquirirá toda su importancia en la escena final de El Ocaso de los Dioses). Esto enfurece a Wotan que condena a Brunilda, por su desobediencia, a un sueño del que sólo será despertada por quien habrá de ser su esposo. Loge enciende alrededor de ella una muralla de fuego y el tema de Sigfrido, guardián de la espada, anuncia que será él quien atraviese el círculo protector dentro del cual duerme la walquiria.

"Sigfrido".

Él es el prototipo de héroe germánico, valeroso y noble, dotado de todas las virtudes e inmune al miedo; oponiéndose a las fuerzas del mal mata a Fafner y se apodera del anillo mágico. Descubre el amor con Brunilda pero la superioridad de los dioses ha terminado porque ella pierde su divinidad pero adquiere la facultad y el derecho de amar, todo lo cual está maravillosamente expuesto en una música brillante que es "El Idilio de Sigfrido". Al sucumbir a la pasión terrena, la walkiria ha destruido las defensas del Valhala, fortaleza de los dioses y ha desatado las runas:
"¡Crepúsculo de los dioses, sal del abismo;Noche de la nada, nubla el mundo!".

El Mito de Tristán e Isolda .
La muerte tendría que cumplir la función de liberar al hombre del peligro de despertar, pero ¡en qué forma!, durante la más profunda intimidad humana: la unión de amor. Sin embargo, los restos de conciencia humana, la tremenda individualidad y el fatal egoísmo, enemigo implacable de la dicha de los mortales, hacen que Tristán fuerce activamente a la muerte a venir, desgarrándose las vendas de sus heridas en el momento mismo que siente la dicha inmensa de ver que Isolda le ofrece la más ferviente prueba de un grande y ciego, por lo mismo verdadero, amor: su llega junto a su lecho de dolor, luego de haberlo buscado desesperada y de haber abandonado todo, decidida a afrontar todas las consecuencias de su pasión. Ella siente en lo más profundo de su ser la barbaridad e inconsecuencia desesperada de la acción individual asumida por Tristán al buscar la muerte sin ella, solo, en la plenitud de su pasión inconmensurable

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