lunes, 26 de septiembre de 2011

la mistica socialista II


¿Cómo ha sido posible que España haya permitido, favorecido e incluso deseado, que un lelo mediocre dirigiese nuestros destinos durante la friolera de 8 penosos y tortuosos años?

¿Cómo es posible que gente presuntamente inteligente, formada y docta, siga viendo posibilidades de vida futura de la mano del socialismo español y de Rubalcaba, su actual candidato?

Creo haber encontrado la respuesta en la mística irracional, en esa suerte de pseudoreligión sectaria que impregna a todo el socialismo en general y al socialismo español en particular.
Conocidas son, o deberían serlo, las coincidencias que Bertrand Russell encontró entre el marxismo y el cristianismoGrandes son las coincidencias, sí, pero el socialismo, más ateo o gnóstico que creyente, no pudo por menos que construir una mística proletaria ad hoc, es decir, a la medida de sus propias necesidades y fines revolucionarios.
Así, el socialismo creó toda una doctrina mística, seductora y atractiva a los ojos de las masas más irracionales, capaz de hacer creer a la plebe en la promesa irracional de una utopía inalcanzable.

De hecho, el socialismo español nos ha proporcionado (junto con las bombas de Alá) a todo un gran gurú, un perfecto místico y un optimista antropológico, que ha sabido cómo seducir a millones de apañoles.
¿Cómo ha sido posible tan cegadora seducción?
Ha sido posible porque en España se han dado dos condicionantes históricos que han favorecido la proliferación de hombres-masa:
Primero:el español siempre se ha negado a ser quien realmente es y, ya fuere por influencia del sempiterno particularismo que infecta las Españas o por la candidez de creer en envidiosas leyendas negras
De ahí el triunfo del espíritu revolucionario marxista, un espíritu que más allá de pretender mejorar la sociedad (intención sin duda loable) hizo creer al pueblo llano y más iletrado que podría ser otra cosa distinta de lo que, por imperativo histórico, era realmente.
Si el antiguo principio de Píndaro, recogido por Ortega, nos insta a "ser quienes realmente somos", el espíritu marxista nos insta a ser algo diferente y alieno a nuestra propia esencia o espíritu de pueblo.

Segundo: el pueblo español siempre ha sido apasionadamente católico, pero al estilo de Sta Teresa o de San Juan de la Cruz, grandes místicos. El español siempre se ha codeado con Dios de tú a tú, encontrándoselo entre pucheros (chanza orteguiana) y sintiéndolo como algo muy próximo y mundano.
Efectivamente, el español medio no ha sabido comprender el carácter intramundano de Dios, ni su importancia como ente absoluto que diera respuestas a las preguntas del SER, lo cual ha favorecido la perversión de la religión, de carácter más teológico y universal, hasta hacerla devenir mística unipersonal.Y así, de estos dos graves pecados tan españoles, como son el no reconocimiento de lo que se es y el excesivo carácter, digamos ultracatólico del español medio, se ha servido el socialismo y su gran profeta Zapatero, gurú a la postre, para embaucar con falsas promesas a un pueblo desesperado

En el siguiente post expondré cuáles son las falsas promesas del gurú y cómo éstas coinciden plenamente con la puesta en escena, parafernalia "escenográfica", de todo místico que se precie.

Saludos y ¡Arriba España

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