sábado, 26 de noviembre de 2011

el saqueo de España..

Ante el descomunal castigo electoral que les ha infligido el pueblo español, los ministros del Gobierno han reaccionado con más codicia que pena, y han decidido aprovechar los últimos días de su precario mandato para quedar tan bien como puedan con sus fieles y amigos, que, aunque pocos, se enfrentan a una etapa muy dura, lejos del cariño y el afecto que les ha prestado un Gobierno tan amable con los suyos. Nada habría que objetar a este cariño hacia lo propio, si no fuera que se paga con el dinero de todos, y ante una duradera época de vacas flacas. El Gobierno piensa llevar su solidaridad hasta el mismísimo día de la investidura, seguramente consciente de que van a tardar mucho tiempo en verse ante una oportunidad como la que han tenido y han acabado por malbaratar por su insolvencia y su sectarismo. Llama poderosamente la atención la enorme suma de dinero, de un dinero que, en realidad, no tenemos, que el Gobierno está dispensando en estos últimos días a sindicatos, fundaciones y organizaciones afines, a entidades cuyas siglas no se molestan ni en disimular su carácter de iniciativas oportunistas y aprovechadas.El Gobierno sigue erre que erre con la Memoria Histórica, dando estupendas ayudas a unas asociaciones de baratillo que le han hecho la ola durante estos años, por cierto que sin ningún beneficio político visible, a precios de auténtico escándalo. Produce sonrojo la lectura de los títulos que exhiben esas asociaciones para quedarse con nuestro dinero. Es un puro disparate y un auténtico descaro este reparto de sopa boba a entidades que no son otra cosa que listillos dispuestos a firmar unos recibos, y a gastarlo en lo que mejor les venga, aunque sea en comilonas como la viguesa para agasajar la presencia del ministro de las gasolineras.
El Gobierno sigue con la sopa boba hasta la investidura. El frente sindical o el internacional tampoco se privan de las dádivas de la Alianza de Civilizaciones: el Gobierno ha dejado caer un maná de cientos de millones de euros sobre las más insólitas iniciativas. Estas acciones no sólo significan tirar el dinero de nuestros impuestos, sino que, en ocasiones, hipotecan las políticas futuras. Es decir, que estos socialistas no sólo quieren gastarse lo que no tienen, sino lo que tampoco tendrá el próximo Gobierno.
Un Gobierno en funciones debería suspender de manera inmediata este rosario de adjudicaciones, y si no se siente inclinado a hacerlo por respeto a la mera decencia, debería pararse a pensar en los recortes que ha debido hacer, a costa de funcionarios y de pobres pensionistas. Sólo alguien dotado de un imperturbable sentido del cinismo puede sostener que el pago de esas ayudas constituya una obligación del Estado. Parece mentira que haya socialistas que no comprendan que ha sido precisamente esa insolidaridad real con los españoles que pagan sus impuestos y apechugan con la crisis –que el Gobierno y el PSOE negaron primero y agravaron después–, lo que ha privado al partido de unos cuantos millones de votos. Poca pérdida, si se mira a la luz de las desvergüenzas que siguen perpetrando.
El PP debería exigir que cesen estas fechorías, que a la vista de los sacrificios que habremos de soportar todos, se acabe con esta feria del reparto, con el indecente saqueo de unas arcas que se han vaciado con su incompetencia y que pretenden seguir explotando hasta el último minuto, como si la cosa no fuese con ellos.
Rubalcaba y Chacón, en el Comité Federal del PSOE.
Uno puede entender a quienes creen en el socialismo, pero cada vez menos a quienes creen en los socialistas. La derecha, que juega en el campo de la izquierda y con sus normas, no tiene forma de no quedar fatal.
No sé a ustedes, pero a mí que el Gobierno Zapatero se despida indultando a un banquero me parece la rima perfecta, la síntesis necesaria.
También ilustra uno de los problemas a los que se enfrenta este paseante en sus incursiones por la izquierda mediática, que le gustaría denunciar la ideología pero que, inevitablemente, se topa con el ‘qué hay de lo mío’ partidista, que es lo que domina realmente el panorama mediático.
Uno sinceramente puede entender a quienes creen en el socialismo, pero cada vez menos a quienes creen en los socialistas. Bastantes entre mis rojos de Twitter han lamentado, perplejos, la medida. “Vaya despedida para un Gobierno socialista: indultar a un banquero condenado como traca final”, resumía Ignacio Escolar. Me solidarizo con el mensaje, pero no entiendo demasiado bien la perplejidad; después de todo, no es como si la banca española haya sufrido mucho con el socialismo.Y es que la relación de la izquierda actual con su origen como (muy teórica) defensora del proletariado es más bien tenue, por decirlo suave. La izquierda es un virus mutante; es ese charlatán que la lía parda y sale de todas a base de palabrería. En eso es el amo, y ese es el secreto de su supervivencia.
Por ejemplo, ayer fue el Día contra la Violencia de Género. La causa y las consecuencias es ingeniería social a saco, pero con semejante etiqueta, ¿quién se opone?; ¿quién puede estar a favor de la violencia de género? Es como cuando plantean su estrategia de rendición ante los terroristas como ‘proceso de paz’. ¿Alguien puede estar contra la paz? Jaque mate.
Jugamos en su terreno y con sus normas, por lo que es imposible no quedar como la chata de Pumarín. Lidia Falcón, esa misándrica radical que tuvo sus cinco minutos de gloria en la Transición, tiene su tribuna en ‘Público’, “La violencia que no cesa” –imaginamos que en contraste con otras violencias que han cesado y no se especifican–, lamentándose de la insuficiencia de la ley ante esta ‘epidemia’.
Básicamente, Falcón le ve dos carencias a la ley socialista: que la presunta víctima tenga que probar el ‘animus’ machista del agresor; y que tenga que existir entre ambos algún tipo de relación sentimental. Es decir, que la feminista desearía cargarse el principio de presunción de inocencia y hacer de la mujer una víctima privilegiada. Es algo así como lo de los musulmanes, pero al revés: si en el Corán el testimonio de una mujer vale la mitad del de un varón, en España la vida de un varón valdría menos que la de una mujer. A eso le llaman ‘no discriminación’, para que digan que la izquierda no tiene sentido del humor.
Por lo demás, la izquierda mediática está que echa las muelas con una mujer, precisamente: Angela Merkel, que no está por la labor de dar a los manirrotos de Europa la garantía de los diligentes. “Merkel entierra el debate sobre los eurobonos y el papel del BCE”, abre ‘El País’, siempre contenido; “Merkel dice no”, grita ‘Público’ en su primera, de forma más clara.
‘El País’, siempre sensible a la estabilidad de los mercados, regaña a la canciller en su editorial, “Berlín contraataca”. Es una delicia leer cómo, después de explicar las razones aducidas por la ‘premier’ electa de la primera potencia europea, el editorialista apostilla: “Naturalmente, esa presunción es falsa”. Naturalmente, naturalmente. ¿A quién van a creer, a la Merkel esa o al sesudo editorialista? “Alemania no ve que Europa estará en recesión en 2012, según el Instituto de Finanzas Internacionales”.
Qué tontos, estos alemanes; así les va, “Más paro y más inestabilidad bancaria. Así que, mientras cruje la pesada maquinaria burocrática para reformar los tratados y se alcanza la “igualación de las tasas de interés”, es probable que el bienestar europeo empeore considerablemente”. Qué suerte ser tan listo. Con varios de esos genios en plantilla, uno entiende que Prisa esté en una situación económica tan envidiable.
Lo de ‘Público’ no es necesariamente más grave, aunque sí menos disimulado. El primer texto del periódico de Roures “Merkel da un portazo a la solución contra la especulación”. No ‘una posible solución’, ni siquiera ‘una solución’, no: la solución. Si lo sabrán ellos...
Nos lo aclara ese adalid de los mercados que es su director, Jesús Maraña, en su billete de Opinión, ‘La canciller dice ‘nein’: “[d]isponer de un cañón de liquidez como el BCE y mantenerlo taponado mientras la economía se hunde y el paro se dispara es suicida. ¿Qué tiene que ocurrir para que el resto de dirigentes de la UE se plante ante Merkel?”. ¿Que se planten y hagan qué, exactamente, don Jesús? Sin Alemania, el euro es dinero del Monopoly; quizá por eso no ‘se plantan’.
Y me quedo sin espacio, ay, para glosar ‘Las recetas que estudia el PP’ y que, imagino, Rajoy ha pasado confidencialmente a Ignacio Escolar para que las discuta en su columna de la última en ‘Público’.

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