Usura es un término que se utiliza para designar el cobro de tipos de interés desmesurados o excesivamente altos -por encima del índice legal o socialmente aceptado- sobre los préstamos, otorgado por una persona u organización a quienes se llamaría usureros. Parte de aceptar que las rentas y los intereses son generadores de riqueza (real y justa) por encima del trabajo o la habilidad e ingenio para producir, es por tanto una manifestación de los principios del capitalismo.
La crítica de la usura en el judaísmo tiene sus raíces en varios pasajes del Antiguo Testamento, que afirman que tomar a interés es prohibido, desalentado o despreciado. Pero la realidad nos muestra otra cosa. En hebreo, la palabra para interés es neshekh -aunque en el Levítico también son usadas tarbit y marbit- que, literalmente, significa "mordida" y se cree que refiere a la exacción de interés desde el punto de vista del deudor. En el Éxodo y el Levítico se aplica exclusivamente a préstamos a los pobres y desvalidos. En el Deuteronomio la prohibición se extiende a todos los préstamos, excluyendo el trato comercial con "extranjeros". Quiere decir que se acepta la usura cuando se realiza encima de los no-judíos.El Talmud recoge varias extensiones de las prohibiciones del interés, conocidas como avak ribbit -literalmente "el polvo del interés"-, aplicado a cierto tipo de ventas, rentas o contratos de trabajo. Se distingue del rubbit kezuzah, tasa de interés adecuado acordada entre el prestamista y el prestatario.
A pesar de la prohibición, esta regla no parece haber sido observada en tiempos bíblicos. Además de que en el Antiguo Testamento se encuentra varias referencias a prestamistas que son implacables en el cobro del interés, en el Papiro Elefantino figura que entre los judíos de Egipto del siglo V a.C. se asume que el interés sería cargado a los préstamos, lo que sugiere que el cobro de intereses no sería una violación de la ley, sino como una trasgresión moral.
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