Julio César, el legendario conquistador romano. Pasaría a la historia como un genio de la estratégia y la política. En cuanto a la genialidad de sus estrategias se le suele poner al mismo nivel que a Alejandro Magno y Napoleón. |
El padre de Julio César, quien también Cayo Julio César, alcanzó el rango de pretor. Su madre provenia de una familia plebeya rica e influyente, de la rama de los Cotta. Julio César, al crecer entre la clase baja de la población, aprendió al parecer varios idiomas, incluyendo hebreo y algunos dialectos galos. Al vivir Julio César en esas condiciones, en el seno de una familia patricia con limitaciones económicas, caía en una desventaja para su futuro político. No obstante, el joven Julio César aprendió mucho de su infancia, apreciando el poder del liderazgo para el hombre común. Además, Julio César contaba con la ventaja de su herencia patricia y de un genio político que lo llevaría a la cúspide del poder romano.
Los Julios Césares, aunque patricios, no contaban con grandes riquezas para los patrones de la aristocracia romana de la época y debido a eso, su familia no ostentaba cargos prominentes en la República romana. Su tía Julia se casó con el gran general y reformador Cayo Mario, líder de la facción progresista del Senado, los Populares, adversarios de los Optimates (conservadores). Marío fue un personaje que influiría favorablemente en Julio César, y captaría la admiración de este. Cuando se enemistó con Sila, éste al respecto del genio de Julio César, mencionó que era tan peligroso como muchos Marios. Al final de la vida de Mario, las luchas entre las dos facciones políticas habían llegado al punto de originar la guerra civil en el año 86 dc, cuya consecuencia a largo plazo fue la dictadura (concepto romano del término) de Lucio Cornelio Sila. En el año 85 ac, poco tiempo después que Julio César cumpliera 15 años, su padre murió de enfermedad. Muchas de las propiedades de su padre y Mario fueron dejadas al joven Julio César.
Julio César no tenía otra opción que apoyar a la facción progresista debido a sus lazos familiares (sobrino de Mario, esposo de Cornelia, quien era hija de Cinna). Debido a esta situación, Sila ordenó que Julio César se divorciara de Cornelia para así probar su lealtad al nuevo régimen, a lo que Julio César en un acto de rebeldía, se negó. Sila, al enterarse de la negativa mandó a capturar y asesinar al joven Julio César. Pero fue la intervención de su familia y amigos lo que lo liberó de la segura muerte. Sus tíos Marco, Cayo y Lucio Aurelio Cotta, junto con las vírgenes vestales y el propio yerno de Sila, Mamerco Emilio Lépido Liviano, convencieron al Dictador de perdonarle la vida. No obstante, Julio César no regresó a Roma sino que partió a Oriente a formar parte de la campaña contra Mitrídates VI, en la cuál Julio César se distinguió por su valor en combate y su capacidad de liderazgo.
A la muerte de Sila en el 78 ac, Julio César regresó a Roma e inició carrera como abogado en el Foro romano, siendo reconocido por su gran oratoria. Sus principales víctimas eran los políticos corruptos acusados de extorsión.
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