lunes, 26 de septiembre de 2011

la tradicion visto desde el punto de vista nacionalsocialista

POR QUE HABLAMOS DE LA TRADICION?
El pensamiento Tradicional, con mayúscula, ha sido siempre especialmente rico en ideas y pobre en hechos, de forma que es más fácil encontrar textos que ejemplos, así que tuvieron tiempo de 'pensar' sobre el Nacionalsocialismo, pero no de hacer lo que hizo el nacionalsocialismo.
Durante más de 50 números Mundo NS no ha hablado casi de la Tradición, y creo que es preciso hacerlo aunque sea por una vez. Pero es que además la Tradición puede ir tomando mayor importancia debido a la situación de pesimismo y decepción total que planea entre los NR, pues, como veremos, la Tradición es una base magnífica para un individualismo pesimista, que se recluye en sí, que busca la Verdad y la Salvación fuera de la realidad, justificando de alguna forma todo fracaso y toda ruina del mundo exterior.
Por ello en los tiempos malos, cuando el mundo es más difícil para la gente de sentimientos nobles, en esos momentos es cuando más resurgen los místicos, los anacoretas, las tradiciones esotéricas o monásticas y ,en fin, las bases de una Fé en el Eterno Retorno ordenado divinamente, la Esperanza en que un dios nos dé un nuevo amanecer tras larga noche.
De esa forma es muy tentador intentar basar un pensamiento anti-Sistema, una alternativa 'religiosa' al Sistema, que de alguna forma nos arme de una 'seguridad' total de victoria final, de Razón sin necesidad de demostración, por venir de un dios.
Si el péndulo del mundo moderno ha ido al materialismo consumista, algunos añoran ahora los tiempos en que el péndulo estaba en un espiritualismo religioso anti-científico y místico, eso sí, gobernado por las castas sacerdotales, o más bien inquisitoriales.
Por ello contra el desarme espiritual del mundo moderno es lógico que se pueda retomar el bagage de 'espiritismo' de la Tradición. Y en cierta forma la Tradición aporta elementos valiosos, siempre que sea convenientemente filtrados y separados del componente deista y utopista. Por ello el número 2 de Hespérides nos permite una brillante presentación de los principios de la Tradición, y con ello la posibilidad de poder debatirla sin recurrir a los enfarragosos textos originales de un Genon.QUE ES LA TRADICION?
Como muy bien dice Antonio Medrano 'La Tradición es la Voz de Dios', 'La Palabra vivificante que desciende de lo Alto'. O sea, y traduciendo, la Tradición es un intento de intelectualizar los sentimientos deistas.
La idea de un dios fuente de toda Verdad, que permita pues imponer sin duda ni necesidad de pruebas, sin discusión ni tiempo de vigencia, las 'verdades' que a uno le gustarían creer, ha sido siempre el 'refugio pecatorum' de los místicos. No hay nada más fácil que negar cualquier contrario o cualquier crítica ,duda y absurdo, que recurrir a la 'voluntad de dios'.
Con la 'Palabra de Dios' (la Tradición pues) por delante, una multitud de chamanes y sacerdotes de todas las religiones han sido capaces de justificar desde las pestes a la miseria, llevar al cadalso a cualquier descreido científico que les contradijese o arruinar todo intento de oposición. La Verdad única y total que emana de un dios no tiene forma de ser contrastada con la realidad, ni de ponerse a prueba, es simplemente la Verdad, y por tanto no precisa más.
La Tradición es pues un intento de dar cuerpo doctrinal, dar una base ideológica más seria, a la eterna imposición de la Palabra de Dios sobre la realidad científica y humana.
Supongo que esta definición no gustará a muchos tradicionalistas pero si la analizan verán que está acorde a sus propias definiciones: La Tradición impone su Verdad divina y suprema a cualquier test o prueba, a cualquier idea de 'resultado' o demostración científica. Por ello de alguna forma la Tradición es una nueva Bíblia, una nueva palabra de dios, pero esta vez escrita sin una base tan ridícula como las divinizaciones 'particulares', excluyendo los cuentos de hace 2000 años, y tratando de presentar su esencia en el mundo actual. En realidad el problema de fondo es como basar la Verdad, donde buscarla. La Tradición es simplemente cortar este nudo gordiano mediante la espada de dios. La Verdad no es pues algo que se necesita buscar sino que existe en si misma como 'voluntad de dios'
La simplificación es enorme y permite obviar toda prueba, demostración, evitar toda crítica y asumir una postura de 'poseedor seguro de la única y total Verdad'.
Para el Nacionalsocialismo la Realidad Natural nos marca la necesidad de ajustar las verdades a los resultados. O sea: la ciencia nos indica que las verdades son aquellas bases que se ajustan a la realidad, cumplen con las pruebas de ensayo y error. Si una verdad no se ajusta a la realidad y su aplicación trae el desastre social, esa verdad debe ponerse en seria duda. El NS no asume utopías ni Ideas, sino realidades en un camino hacia un hombre y una sociedad mejor.
J. Bochaca repite a menudo una frase que deberíamos todos grabar en bronce: 'La Realidad es tozuda'. Ojala todos tuvieramos esa frase metida en lo más profundo del pensar. La realidad de las cosas es muy tozuda, tanto que las Ideas se estrellan y machacan si van contra esa realidad. Cuando se pretende ir contra la gravedad o la psicología del hombre, contra las realidades que día a día vemos demostradas en la vida,se suelen cosechar magníficas calabazas.
Frente a un mundo moderno relativista y hundido en la falta de Verdad, sin principios profundos, esa facilidad en presentar una Verdad sin duda ni relatividad es como una tabla de salvación para los 'parásitos del espíritu'.
¿Quienes son los parásitos del espíritu?, pues aquellos que buscan un madero donde parasitar sus dudas, que los mantenga a flote y les dé seguridad Quizás la mejor forma de ver los errores del pensamiento tradicional es analizar algunos de sus principios.
No quiero decir que no haya principios absolutamente válidos en la Tradición, en absoluto. Hay puntos que coinciden totalmente con nuestra forma de pensar, como ya veremos, pero en general hay una serie de principios básicos de la Tradición que muestran claramente su base utopista e irracional.
El primero es la visión estratificada del hombre: la concepción utopista del hombre en 'planos jerárquicos diferenciados' (llamase espíritu, alma y cuerpo, o Natural y Sobrenatural), con la manía en asumir que 'lo inferior' no puede influir en los superior, o sea que el cuerpo y lo material son sólo 'servidores' de un elemento espiritual 'no contaminado' por esa materia.
Es evidente que la Ciencia y la Realidad nos muestran día a día las relaciones entre las capacidades superiores del hombre y su base genética, su cuerpo, las hormonas y el carácter, el metabolismo y las predisposiciones superiores, en fin, la UNIDAD de materia y 'espíritu' en el hombre. El mayor conocimiento del cerebro humano y de la psicología científica ha ido demostrando mil relaciones entre 'pensamiento' y fisiología. La genética descubre cada día relaciones de comportamiento... y frente a toda esa realidad tozuda la Tradición sigue con su cantinela utopista de un espíritu libre de ataduras materiales que gobierna al cuerpo como jinete venido de dios directamente. Y sigue hablando de estratos insolubles. Y de 'superior' o 'inferior', con lo que contrae el feo defecto de origen judío de despreciar el cuerpo. Frente a las religiones presocráticas, que daban al cuerpo la importancia que tiene (y con ello al sexo y a la alegría juvenil, a la vida y la Naturaleza), la Tradición se alinea con las visiones espiritistas, antimateriales, que fomentan el desprecio al sexo y al cuerpo y niegan las evidencias científicas que demuestran la interacción unitaria de cuerpo y alma. Como decía Rosemberg 'El alma es la raza vista por dentro'.

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