el 23F..la conexion socialista..
El 23-F no fue un golpe de involución. No pretendía volver a un régimen de dictadura ni tenía detrás un movimiento corporativo de los militares. Fue un golpe al sistema dentro del propio sistema que pretendía alcanzar un nuevo pacto político, un gobierno de concentración nacional, exceptuando los partidos nacionalistas, para corregir los fallos del sistema de entonces.con los objetivos de "alcazar un nuevo pacto institucional y democrático para reforzar la Corona", debilitada, a su vez, por su estrecha relación con un desgastado Adolfo Suárez. Los primeros pasos para lanzarse adelante comenzaron en 1977 a través de un modelo diseñado por oficiales de Inteligencia españoles que seguía el trazado para el retorno de Charles de Gaulle en 1958 en una Francia agitada por la Guerra de Argelia. En todo momento contó con beneplácito de las altas instancias,..Fue el propio Antonio Tejero -elegido como chivo expiatorio para propiciar un gobierno de concentración nacional sin presencia nacionalista presidido por el general Alfonso Armada- quien habría echado abajo el golpe al enrocarse en un gobierno militar,la operación se frustró cuando Tejero se negó a dejar entrar a Armada en el Congreso; a partir de ese momento dejó de tener padres". Y fue desactivada por Don Juan Carlos.
....la actitud del Partido Socialista en aquel momento: "Felipe González y la cúpula del PSOE fueron quienes más avalaron al general Armada en la Operación De Gaulle del 23-F. Apoyaron sin reservas esa operación auspiciada por el general Armada de un gobierno de concentración nacional en el que Felipe González sería el vicepresidente". el posterior silencio sobre las actividades del CESID en aquel acontecimiento y el que varios de sus responsables más altos consiguieran desempeñarse puestos de envergaduras durante casi dos décadas.
23-F tuvo también "efectos psicológicos", como el fin de la UCD y la llegada al Gobierno del PSOE o la LOAPA, "que se dejaron sentir hasta la llegada de Zapatero".
...Alfonso Guerra estaba totalmente de acuerdo con el “golpe de timón” que se fraguaba en los meses previos al 23-F, siempre que se respetara la institución monárquica un alto oficial del Cesid, que cita al comandante José Luis Cortina, jefe de la Agrupación de Operaciones y Medios Especiales (Aome) de la Casa. En sus contactos con el PSOE, Cortina llegó a hablar con Alfonso Guerra, número dos del partido, y cuando le explicó que se barajaba un Gobierno de concentración para sustituir a Adolfo Suárez ,el dirigente socialista le respondió que estaba totalmente de acuerdo, con la condición de que no se tocara al Rey,en la lista del general Armada para ese Gabinete de concentración figuraban cuatro socialistas (Felipe González, Peces-Barba, Javier Solana y Enrique Múgica).... Curiosamente, 31 años después de la intentona golpista, Alfonso Guerra se ha mostrado partidario en el Congreso de que se desclasifiquen los documentos del 23-F, y ha apoyado una propuesta de IU en este sentido.Los contactos entre Cortina y destacados dirigentes del PSOE se multiplicaron entre 1979 y 1980. El agente del Cesid se reunió en varias ocasiones cerca de Barcelona con Josep María Tarradellas –presidente de la Generalitat hasta mayo del 80–, el general Alfonso Armada y el socialista Enrique Múgica,
El sentir común de todos ellos era que, dado el deterioro económico, la debilidad del Gobierno de Suárez, y la tenaza del terrorismo (ETA cometió 124 asesinatos en 1980) hacía falta una mano fuerte, no un golpe militar ni una dictadura, pero sí un “golpe de timón” que enderezara la situación. Según el ex alto cargo del Cesid, esos contactos se realizaron de forma discreta, para evitar filtraciones, haciendo coincidir al presidente de la Generalitat, a Armada y Múgica, en actos públicos, con motivo de fiestas populares. El núcleo duro de la Ejecutiva socialista no sólo no era ajeno a estos movimientos, sino que estaban perfectamente al tanto dirigentes como Felipe González, Benegas o Javier Solana. Pero, hasta el momento, nadie había señalado de forma tan explícita a Guerra. Cortina, por su parte, fue uno de los que con más habilidad manejaron los hilos antes y después del 23-F, a través del Cesid y los privilegiados contactos que mantenían con algunos de los personajes más destacados. Desde el Rey, del que era compañero de promoción, hasta Alfonso Armada. Curiosamente, Cortina fue absuelto por falta de pruebas. ..El ex militar, que acaba de cumplir 92 años, ex tutor del Rey, y uno de los cerebros del 23-F, sigue sosteniendo que actuó por mandato de sus superiores.
“No organicé nada de la acción del 23-F”, “Tenía conocimiento del malestar en el Ejército y se lo manifesté al ministro de Defensa el 13 de febrero del 81”. Esa reunión fue continuación de otra con el Rey en La Zarzuela, un encuentro que quiso utilizar en su defensa.
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